De la mano de nuestro gran amigo y montañero Antonio Joaquín Sánchez Sánchez nos deleitamos de una constructiva reflexión que os transcribimos a continuación:

Lo ocurrido a la Editorial Alpina, “no hay por donde cogerlo”, una expresión muy recurrente cuando no encontramos explicación, argumentación e incoherencia ante un hecho o acto de difícil explicación. La Cartografía es definida por la RAE como el “arte de trazar mapas geográficos” y cuando empezamos a meternos con el “arte” mal empezamos. Para colmo, uno es músico y estas cosas lo ponen más sensible. La creación de un mapa cartográfico, porque no olvidemos que es una creación, es la facultad que tiene el autor de representar gráficamente un territorio de acuerdo a ciertos estándares establecidos así como el mensaje que éste quiera mostrar a través de dicha representación. Y ahora viene la siguiente parte, cuando una “autoridad” recrimina diciéndole lo que está mal y lo que no tiene que decir o expresar, es cuando la cosa se pone chunga.

Analicemos un poco como está hoy en día la posibilidad por parte de cualquier ciudadano de hacer un mapa, visualizar o ser partícipe de un proyecto perteneciendo a una comunidad específica enfocado en los desarrollo de mapas cartográficos.

Empecemos por los más comunes. Hoy en día a tan solo un solo clic del ratón tenemos Google Earth, Google Maps, visores espaciales tanto a nivel de estado como autonómico, entre otros. Centrándonos a nivel gubernamental me gustaría analizar previamente su aspecto normativo. Con la entrada en vigor de la Ley 27/2006 derechos de acceso a la información, participación pública y acceso a la justicia en materia de medio ambiente se daría cumplimiento a las directrices de la Unión Europea 2003/4/CE y 2003/35/CE y con posterioridad cada comunidad autónoma daría un mayor desarrollo normativo a la mencionada Ley, pero dada la complejidad que sería entrar en cada una de ellas, nos focalizaremos en los principales aspectos de la citada ley de ámbito nacional.

Esta ley, de obligada lectura, es una de las más inspiradoras en aplicación de los valores democráticos, transparencia y visibilidad en el ejercicio de participación ciudadana. Viene a regular el acceso a la información ambiental que obre en poder de las autoridades públicas o en el de otros sujetos que la posean en su nombre. Facilita la participación en procedimientos que corresponda a la Administración Pública su aprobación, de ahí que se abran periodos de exposición pública y presentación de alegaciones, garantizando en este sentido su difusión y puesta a disposición del público de la información ambiental. Igualmente, insta a que en caso de omisión o por sentencia judicial se proceda a su revisión administrativa. La entrada en vigor de esta Ley obligó en gran medida a dotar de suficiente información ambiental las páginas webs de las consejerías con competencias medioambientales. De no ser así, ésta se hubiera visto desborda ante una avalancha de solicitudes con ínfima o nula capacidad de respuesta.

Pues bien, ¿como lo hace la administración?. Principalmente a través de visores espaciales, y en un segundo término mediante la descarga de información específica a través de servidores WMS (Web Maps Service) para luego poderlo visualizar mediante el empleo de un software capaz de leer dicha información y representarlo gráficamente. Los mas populares son GVSIG, QGIS, y ARGIS. ¿Y qué capas (layers) me puedo descargar? Casi todo: imágenes satelitales, curvas a nivel, carreteras, tendidos eléctricos, limites provinciales, ríos, red férrea, núcleos urbanos, límites de espacios naturales protegidos, su zonificación, en definitiva, un número indeterminado que nos pone la administración a disposición del ciudadano para hacer uso libremente de esta información. Pero qué pasa si ¿no está toda la información que busco?. Ningún problema, existe un proyecto colaborativo que se llama Openstreetmap, que es una gran base de datos abierta de información espacial implantada en todo el globo terráqueo, donde un gran número de personas de forma voluntaria y altruista van subiendo a la nube información actualizada, por ejemplo; que hacen una nueva carretera, un colaborador con su GPS recorre el nuevo trazado y lo sube, automáticamente se actualiza el mapa. Ya os podéis imaginar es aplicable a todo aquello que sea susceptible de representarse a través de un mapa. Que hago un sendero o un camino que previamente me he informado que no aparece en los mapas, lo recorro, lo subo y se actualiza automáticamente. Con posterioridad me dirijo a una zona en cuestión y me descargo toda la información, así de fácil. Después existen otras aplicaciones mas populares como Wikilock o Strava, gran fuente de información pero mas enfocada en subir recorridos que otras personas han realizado y disfrutan compartiendo dicha información.

Una vez analizado el panorama (un poco por encima) para saber como está la situación desde un punto de vista cartográfico y los recursos que la sociedad de la información pone a disposición de cualquier ciudadano, vamos a entrar en el debate de fondo.

¿Por qué levantan un acta a la Editorial Alpina?, varias son las reflexiones que me surgen para dar contestación a tal cuestión. La que cobra más peso sería la tan manida frase de, “se es fuerte con los débiles, débil con los fuertes”, no me imagino yo al Govern Balear levantando un acta a Google Earth diciéndole que pixele la imagen porque está mostrando una zona de alto valor ambiental. Otra, es la gran ignorancia que tienen sobre el desarrollo cartográfico y la libertad de crear. En este sentido, no tienen ni idea por ejemplo, que el que suscribe estas líneas le da por hacer en sus ratos libres mapas de Argentina (me encanta y me relaja), lo mismo lo puede hacer un ciudadano Alemán embelesado por los paisajes de la isla y le da por tener la misma inquietud que yo tengo. Frente a este hecho, ¿qué capacidad de reacción tiene la administración? Es de fácil contestación, es imposible, podríamos entrar en materia tan sensible como la libertad de expresión. ¿También le van a levantar acta a Wikiloc y Strava? y puedo seguir con la retahíla pero no es cuestión de aburrir al personal, así que iremos a la búsqueda de soluciones.

No significa que esté en posesión de la verdad, pero la afirmación que a continuación voy a señalar funciona en un alto porcentaje, y se llama comunicación y confianza. Sentarse no cuesta tanto pero hay que ir con cierta actitud, si no se tiene mejor no perder el tiempo y el esfuerzo se dirige hacia otra dirección. La administración no tiene tanta capacidad para hacer frente a tanto espacio, pero hay un interés que a ambos nos une y es la preservación del medio natural. Existe una sociedad altamente concienciada en todo este asunto, y en el contexto actual en que nos encontramos, donde algunas voces reclaman a gritos que se abran los bares y lugares de ocio para quitar la carga excesiva que viene soportando los espacios naturales, se impone la serenidad, el sentido común y aprovechar este momento de desencuentro en encuentro, tender puentes y la búsqueda de acuerdos, porque una cosa debe quedar bien clara, como una de las partes se siente perdedora no se ha alcanzado un buen acuerdo, parte del remedio pasa por la información y sensibilización. Si se dan todas estas circunstancias saldremos todos ganando, pero el que más… el medio ambiente, dejemos los recursos coercitivos para otro momento.

Antonio Joaquín Sánchez Sánchez